La cuarta entrega de la popular saga de videojuegos Diablo, Diablo IV, ha generado controversia debido a un cartel publicitario en Melbourne, Australia. Algunos ciudadanos se quejaron de que la imagen y la frase "Bienvenido al infierno, Melbourne" eran ofensivas y perturbadoras para los niños. Argumentaron que el contenido promovía la parafernalia satánica y que les resultaba ofensivo desde una perspectiva religiosa. Sin embargo, el Panel de la Comunidad de Estándares Publicitarios de Australia desestimó las denuncias, señalando que el contenido era parte del juego ficticio y no estaba dirigido a ofender o denigrar a la ciudad o a sus habitantes. El panel también comparó la imagen de la villana Lilith con personajes ficticios como Maléfica de Disney. La polémica generó debates sobre la sensibilidad de las quejas y la percepción del contenido en los videojuegos.